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Petro respondió a la presunta conspiración de Álvaro Leyva en su contra: “La traición, el asesinato son sus normas”

El excanciller habría planeado ejecutar diferentes estrategias para sacar al presidente del poder. En más de una oportunidad aseguró que el mandatario tiene un consumo problemático de sustancias psicoactivas.

A través de su cuenta de X, el presidente Gustavo Petro se refirió a las revelaciones del diario El País sobre las presuntas conspiraciones en su contra en las que habría participado el excanciller Álvaro Leyva. De acuerdo con el primer mandatario, el exfuncionario ha hecho falsos señalamientos que, en su momento, atribuyó a un caso de venganza.

Durante meses he sido víctima de la injuria del señor Leyva, y quise simplemente responder a lo que consideraba un acto de venganza, bárbaro, canalla, de alguien que simplemente había ayudado de corazón”, detalló el jefe de Estado.

Según explicó, en su momento, no quiso aceptar que el exministro de Relaciones Exteriores hubiera incurrido en presuntas irregularidades, relacionadas, sobre todo, con la adjudicación del contrato para el suministro de los pasaportes y que involucró a la multinacional Thomas Greg & Sons, que, a hoy, sigue siendo la encargada de la impresión de los documentos.

Petro recordó que, incluso, la Procuraduría General de la Nación sancionó con destitución e inhabilidad general por 10 años al exministro de Relaciones Exteriores, por haber declarado desierta la licitación pública que se llevó a cabo para determinar qué empresa se encargaría de la fabricación y expedición de pasaportes. Según el alto tribunal, el exfuncionario del Gobierno desconoció los principios de la contratación estatal al afectar la continuidad del proceso.

“Estoy convencido de que el proceso de licitación de los pasaportes en la cancillería, estaba impregnado de corrupción desde sus inicios. En Consejo de Ministros le di la orden de no continuarlo porque el pliego de condiciones ya determinaba al ganador. Lo dejó avanzar demasiado, contrario a mi indicación, y cuando lo suspendió, cometió irregularidades que le costaron su vida pública”, indicó.

Ahora bien, desde su perspectiva, el hecho de que Laura Sarabia haya sido designada ministra de Relaciones Exteriores y la llegada de Armando Benedetti al Ministerio del Interior, generó disgusto en Leyva. “El nombramiento de Laura Sarabia y Benedetti lo llenó de odio. Debo decir que jamás, hasta hace poco tiempo, me enteré de esa petición que hizo a Benedetti y era dirigida a mí”, indicó.

De igual manera, insistió en que el ex servidor público, que ha emitido cartas públicas en las que lo señala de tener un consumo problemático de drogas que afectan su desempeño como mandatario, incurrió en actos de traición. Por eso, aseguró que hace parte de la oligarquía que se mueve desde la doble moralidad.

El caso Leyva me hace pensar que la conducta de lo que llamo oligarquía, a la que indudablemente pertenece Leyva, es la doble moral, piensa el estado como hereditario, con derecho a negocios con el erario; es incapaz de establecer relaciones basadas en el respeto a la otra persona y a los argumentos, es una ingenuidad pensar que lo haría; desde hace dos siglos, la traición, el asesinato, la mentira, son sus normas”, detalló.

Sobre las acusaciones relacionadas con el supuesto consumo de estupefacientes, el mandatario contó que, en una comida realizada en Santiago de Chile, dio un discurso sobre la conmemoración los 50 años del golpe de Allende en el que lloró. Desde su perspectiva, ese llanto habría impulsado las afirmaciones en torno a su supuesta adicción, aunque aclaró que únicamente es adicto a la libertad.

Le di el puesto de canciller a Leyva, porque pensé sin ningún cálculo político que se lo merecía al final de su vida”, añadió.

En su publicación, el jefe de Estado también confesó sentirse incómodo y disgustado por la constante presencia de Jorge Lyeva, hijo del excanciller, en eventos oficiales del Gobierno. Según expuso, no había ninguna razón que justificara el hecho de que el hijo del exministro llegara a todas sus giras.

Me disgustaba que en mis giras a eventos oficiales internacionales, siempre llegara su hijo a las comidas que hacía mi delegación. Eso no lo contó en sus cartas (…). Parecía un “lobbista” de negocios aprovechando el cargo público de su padre”, aseveró.

Asimismo, informó que en ningún momento avaló que el nombramiento del hijo del exfuncionario en alguna embajada o en la Cancillería, puesto que considera que la ocupación de cargos no es hereditaria.

Confieso que, con ayuda del presidente Boric, me escapé y pude ir a Isla Negra, a casa de Pablo Neruda, cerca a Valparaíso. Me encantó Valparaíso donde los jóvenes en las librerías me saludaban y me encantó volver a comprar libros de Neruda y visitar su casa. El poeta del mar y del canto general de los oprimidos. Trato de escapar, es cierto a ver los lugares de los libros que leí”, concluyó.

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