La llegada del frente Andrés Patiño, una nueva estructura armada de las disidencias de las Farc, ha encendido las alertas en el Cauca, especialmente en la región del sur y el macizo colombiano. Esta organización ilegal, que recién inicia operaciones en el territorio, protagonizó sus primeros enfrentamientos armados en la vereda La Carbonera, del municipio de Bolívar, donde se reportaron al menos dos personas muertas y varias heridas, en medio de un ambiente de creciente tensión y temor entre la población civil.
Los combates, que se enmarcan en una disputa por el control territorial con otros grupos armados ilegales, han puesto en riesgo a comunidades rurales que ya enfrentan condiciones de vulnerabilidad. La presencia de este nuevo frente se suma a una estructura disidente más amplia que opera en el Cauca, donde ya hacen presencia grupos como la columna móvil Jaime Martínez, el frente Dagoberto Ramos, el frente Carlos Patiño, y estructuras urbanas asociadas, todas vinculadas al llamado Estado Mayor Central de las Farc. Esta multiplicidad de actores armados ha complejizado la situación de orden público y ha generado nuevos escenarios de confrontación.
Autoridades locales y organismos de derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto de esta nueva incursión armada y han llamado al Gobierno Nacional a tomar medidas urgentes para proteger a la población, garantizar la presencia institucional efectiva y evitar una mayor escalada del conflicto. El Cauca sigue siendo uno de los territorios más afectados por la reconfiguración de los actores armados ilegales, lo que plantea retos urgentes en materia de paz, seguridad y fortalecimiento del Estado en las regiones más golpeadas por la violencia.