EFEWashington
Con lágrimas en los ojos y los sueños de sus antepasados en el corazón, la primera mujer negra que será jueza del Tribunal Supremo de EE.UU. celebró su confirmación para el cargo, un desenlace que habría sido impensable para sus abuelos.
Un poema clásico en la cultura afroamericana permitió a la jueza Ketanji Brown Jackson explicar -y quizá terminar de asumir del todo- que su familia ha pasado de la esclavitud y la segregación racial a la cúpula del poder judicial de Estados Unidos, tras ser confirmada el jueves para el cargo por el Senado.