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La Panamericana, donde fue secuestrado hijo de Giovanny Ayala, es el instrumento de control de unas disidencias que ‘sacan las uñas’ en Cauca y Valle

versiòn diario El Tiempo.

A punta de explosivos, ataques con drones y ráfagas de fusil, integrantes de las estructuras de las disidencias de las Farc que delinquen en Cauca y Valle del Cauca, han atacado a la Fuerza Pública e intimidado a la población civil en estas últimas semanas.
Así se ha visto reflejado con los recientes ataques a Jambaló, Cajibío y Corinto, en el Cauca, y con los atentados con granadas a la estación de Policía de Los Mangos, el CAI de Charco Azul y la sede de RCN, en Cali.
Contrario a lo que se piensa sobre un fortalecimiento de grupos armados ilegales o simplemente, una demostración de fuerza, poderío y control, según analistas y autoridades, se trataría de una reacción desesperada ante las acciones militares y policiales que se han encargado de ‘respirarles’ bastante cerca.

Estrategias para ‘cuidar el negocio’

Para el analista militar, brigadier general (r) Pablo Federico Przychodny Jaramillo, las recientes arremetidas violentas en la región obedecerían a una estrategia para poder operar sus economías ilícitas.
“Las estructuras de ‘Iván Mordisco’ están tratando de aliviar la presión que están ejerciendo unidades militares y policiales en la parte alta del del cañón del Micay y del cañón del Río Naya. Ellos quieren obligar a que la tropa se desplace desde el costado occidental de la Panamericana y se pase al otro lado, para liberar zonas de la Fuerza Pública y poder moverse con más tranquilidad, porque tienen bastante droga acumulada en la región y que no la han podido sacar. De esta manera, Jambaló y Cajibío quedan en el margen oriental de la Panamericana, colindando con lo que es la región de Tierradentro en el departamento del Huila y con Tolima”, detalló el analista militar.

La Panamericana, instrumento de control

Otro de los puntos de consideración que reveló el analista militar alrededor de la estrategia que perseguirían las disidencias es el control de la carretera Panamericana. Para ello, han adelantado diversas acciones violentas, que van desde cilindros cargados con explosivos abandonados, hasta retenes ilegales, como el que propició el secuestro de Miguel Ayala, hijo del cantautor colombiano de música popular Giovanny Ayala.
“La Panamericana no solo es tomada por estructuras armadas, también por grupos criminales locales, incluso, por organizaciones sociales que la bloquean, y por consiguiente, hacen imposible el tránsito hacia Popayán. Particularmente, no me atrevo a ir a Popayán a ninguna hora del día, considero que es una vía altamente insegura para transitar. La vía está llena de intereses, y más, cuando entramos en un periodo preelectoral”, consideró el analista.
Además, asegura que esta dinámica de violencia en la Panamericana “retrasa el trabajo de la Fuerza Pública; la distrae, la mantiene aferrada a la vía, mientras descuidan las partes altas, donde ellos (disidencias) se pueden mover”.
Para Przychodny Jaramillo, una de las grandes dificultades a la hora de combatir a este tipo de estructuras delincuenciales es su método de combate, en el cual, no se alojan en campamentos, como en otras épocas, sino, entre la población civil, lo que dificulta estrategias como bombardeos.
“Es poco probable que se haga un bombardeo cerca de los centros poblados. Ellos lo saben y son conscientes de los riesgos que se pueden presentar, por eso están tranquilos. Además, se hace complejo los apoyos con los Tucanos, el avión fantasma y con el helicóptero al pie, dada la presencia de mucha población civil no combatiente en la zona”, añadió.

Jamundí, en riesgo por estrategia de las disidencias

La reciente oleada de violencia por parte de estructuras de las disidencias de las Farc, adelantadas en Cali y el norte del Cauca, representan una advertencia sobre el riesgo que corre Jamundí y su zona rural, lo que, según el especialista en temas de seguridad y líder social, Stuart León, dejaría graves consecuencias para el municipio del sur del Valle del Cauca.

Ubicación estratégica

Para el analista, las disidencias ya han consolidado corredores en la zona rural de Jamundí, como los corregimientos de Villa Colombia, San Antonio y Timba, que conectan con rutas hacia el Naya y el Pacífico.
“Esos corredores facilitan movilidad, logística, tráfico de insumos y salida de productos ilícitos. Cuando un grupo intensifica ataques en un frente, tiene la capacidad técnica y logística para replicar o desviar operaciones hacia zonas cercanas, Jamundí está justo en esa geografía”, explicó León.
Desde su punto de vista, esta situación generaría un fortalecimiento de las economías ilegales: “Entre extorsión, minería ilegal y control comunitario, los grupos armados tienen los recursos para sostener más ofensivas. Y cada vez que una estructura se financia mejor, se expande con más violencia”.
Otro factor que considera clave en su análisis es el cambio en los métodos de ataque, como el uso de drones, ráfagas de fusil y cilindros bomba, lo que demuestra capacidad técnica y mayor sofisticación. 
“Es lo que estamos viviendo en el territorio nacional, lo que es previsible que sigan replicando en sectores rurales de Jamundí donde ya han hecho presencia”, agregó el líder social.
Considera que, frente a esta situación de violencia, la más perjudicada es la población civil, que se encuentra expuesta a merced del cobro de vacunas, secuestros, intimidaciones y constantes presiones por parte de grupos armados.
“Si aumenta la tensión en la zona alta, se mueve automáticamente el riesgo hacia la cabecera municipal, ya lo hemos visto con atentados con moto bombas y artefactos explosivos”, comentó León.
Para hacerle frente a esta situación, considera se deben adelantar operaciones conjuntas sostenidas (no solo golpes puntuales), hacer labores de inteligencia enfocada en corredores y economías ilícitas, proteger de manera real a líderes comunitarios, que el Estado realice acciones sociales más allá de lo militar, y avanzar en la construcción del batallón de Alta Montaña.
“Jamundí es un municipio clave en la disputa del Valle del Cauca. Y cuando los grupos armados incrementan ataques en otros puntos, lo que pasa allá nunca es aislado. siempre termina rebotando aquí. Por eso el riesgo es real, es inmediato y debe atenderse antes de que escale”, concluyó.

El Valle del Cauca se blinda contra el terrorismo

Para que las acciones terroristas y militares no sigan siendo el pan de cada día en el Valle del Cauca, la gobernadora Dilian Francisca Toro presentó de manera oficial el Comité de Prevención y Anticipación al Terrorismo, Copat, que se creará por decreto en el departamento.
“Es un comité donde van a estar solamente las cabezas de la Fuerza Pública, inteligencia, Fiscalía y nosotros los gobernantes, porque la idea es que podamos anticiparnos, prevenir y también mitigar los actos terroristas que se suceden en el departamento del Valle del Cauca, especialmente en Cali y en Jamundí”, aseguró la mandataria de los vallecaucanos. Dinámica del Copat
El Copat se reunirá cada 15 días y definirá medidas como el control de drones en el espacio aéreo.
“No cualquier persona puede volar un dron, lo puede hacer siempre y cuando cumpla unos requisitos. En caso de que vuele un dron sin esos requisitos, va a tener una sanción, una multa, pero además se expondrá a que lo tumben”, explicó.
Se debe tener en cuenta que dicho comité se encargará de establecer el fortalecimiento de las capacidades de la Fuerza Pública en puntos estratégicos, así como accesos al departamento.
“Uno de los pasos estratégicos es el que va del municipio de Miranda hacia Florida; o los que van de Timba hasta Robles, de Cali hacia Jamundí, los de Jamundí hacia Cali, de Candelaria hacia Cali o hacia Palmira, porque Palmira también está priorizado dentro de los municipios que pueden tener atentados terroristas”, agregó la mandataria.
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