Jerusalén (EFE).- Fuerzas de seguridad israelíes, junto a personal de la municipalidad de Jerusalén, irrumpieron este martes en el campamento de refugiados de Qalandia y ordenaron la evacuación inmediata del centro de formación profesional dirigido por la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), según confirmó esta entidad.
«Las fuerzas de seguridad israelíes y el personal del municipio de Jerusalén han entrado a la fuerza en el Centro de Capacitación de Qalandia de la UNRWA, y ordenado su evacuación inmediata», denunció hoy la directora de comunicación de la UNRWA, Juliette Touma.
«Se trata de una negación del derecho a la educación de niños y jóvenes, además de una violación de los privilegios e inmunidades de las Naciones Unidas», añadió.
Según confirmó a EFE esta fuente, así como vídeos difundidos en redes sociales, los policías armados lanzaron gases lacrimógenos y bombas de sonido en las inmediaciones del centro, rodeado por vehículos militares hasta hace poco.
En el centro estudian en la actualidad 340 jóvenes de entre 15 y 19 años módulos de carpintería, mecánica o instalaciones eléctricas y cuenta además con unos 30 empleados de la UNRWA.
Hasta ayer, cuando EFE visitó este centro junto a otros medios, la institución operaba con normalidad, al igual que los colegios y una clínica médica colindates también de la UNRWA.
Además, Según la responsable de la oficina, esta mañana la Policía israelí invadió una escuela en el barrio palestino de Wadi al Joz, en Jerusalén Este, ordenando su cierre y los niños fueron evacuados por su seguridad.
Netanyahu ordenó la prohibición inmediata de la UNRWA
Anoche, la Oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó que se aplicasen «de inmediato» las leyes que prohíben la UNRWA, en vigor desde el pasado 30 de enero.
«No existen restricciones para la implementación de la directiva del primer ministro», detalló la presidencia, horas antes de los altercados de esta mañana.
El Parlamento israelí prohibió por ley a la UNRWA operar en su «territorio soberano», pero también estableció una ‘ley de no contacto’ que impide a cualquier agencia gubernamental cooperar con ella.
Por ello, más de medio centenar de trabajadores extranjeros no pudieron renovar sus visados en enero, mientras que en Gaza y Cisjordania ocupadas les es imposible coordinar el movimiento seguro de su personal y mercancías.
Analistas, diplomáticos y altos cargos de la UNRWA creen que Israel busca con estas leyes terminar con el estatuto de refugiados (y su derecho al retorno) del que hoy gozan cerca de 6 millones de palestinos -contando a los descendientes de los 750.000 que fueron expulsados en 1948- repartidos en Siria, Líbano, Jordania y Palestina; pese a que su desmantelamiento no lo eliminaría.
El mandato de la UNRWA, otorgado por al Asamblea General de la ONU, es el de proporcionar servicios como educación y sanidad a estos refugiados palestinos en ausencia de un Estado palestino.
Solo en Cisjordania ocupada existen 19 campamentos de refugiados palestinos -en las regiones de Tulkarem, Yenín, Nablus, Tubas, etc.-, donde la UNRWA mantiene un total de 96 colegios y 42 centros médicos, incluyendo Jerusalén Este.
Acusaciones sobre el organismo de la ONU
Israel acusa a la UNRWA de tener vínculos con Hamás, aunque de momento solo ha presentado pruebas no concluyentes contra una docena de los alrededor de 13.000 trabajadores que tenían en la Franja de Gaza antes del ataque del 7 de octubre.
También el presidente estadounidense, Donald Trump, decidió el pasado 4 de febrero congelar los fondos para la UNRWA, a la que instó a «poner en orden sus asuntos».
El 7 de octubre de 2023, Israel invadió Gaza, causando más de 48.000 muertos, en respuesta a un ataque en suelo israelí ese mismo día por parte de Hamás, que mató a 1.200 personas y capturó 251 rehenes. Israel y Hamás llegaron a un acuerdo de alto el fuego el mes pasado.