El sur del Cauca vuelve a estar de luto tras el atentado contra la misión médica que terminó con la vida de Armín Portilla, ciudadano de Bolívar, quien fue asesinado cuando era trasladado en una ambulancia hacia Popayán. Primero fue atacado en la cabecera municipal y, pese a ser remitido al hospital local, hombres armados lo interceptaron en el sector de Guayabillas, disparando en repetidas ocasiones hasta causarle la muerte.
El crimen generó rechazo e indignación entre la comunidad, no solo por la violación a la misión médica, sino también porque la víctima pertenecía a una de las familias tradicionales de Bolívar, reconocidas por sus labores artesanales. Los Portilla han dejado huella en los carnavales de negros y blancos de la localidad, donde se han destacado con sus obras y aportes culturales.
Hasta el momento no se conocen pronunciamientos de las autoridades locales ni del departamento. Organizaciones sociales y comunitarias han exigido respeto por la vida y garantías para el trabajo del personal médico, al tiempo que reclaman acciones contundentes para frenar la violencia que azota a la región.