Hugo “El Pollo” Carvajal, exjefe de inteligencia militar de Venezuela y figura clave durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, se declaró culpable ante un tribunal federal de Nueva York de conspirar con las Farc para importar toneladas de cocaína a EE.UU. en una trama de narcotráfico y narcoterrorismo que se extendió durante más de una década, según informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
La comparecencia de Hugo Armando Carvajal Barrios ante el juez Alvin K. Hellerstein en Manhattan marcó el desenlace de un proceso judicial que se prolongó durante años y que involucró a agencias estadounidenses de seguridad y control de drogas.
El exgeneral venezolano, de 65 años, admitió su responsabilidad en cuatro cargos penales, entre ellos conspiración narcoterrorista, conspiración para importar cocaína y delitos relacionados con armas de fuego. La declaración de culpabilidad fue confirmada por el Departamento de Justicia y la DEA, que detallaron la magnitud de la conspiración y el papel central de Carvajal en la red criminal.
Durante su intervención, el fiscal federal Jay Clayton subrayó la gravedad de los hechos: “La preocupante realidad es que hay poderosos funcionarios de gobiernos extranjeros que conspiran para inundar EE.UU. con drogas que matan y debilitan”. Clayton enfatizó que Carvajal, en su calidad de director de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) de Venezuela, utilizó su posición para facilitar el tráfico de cocaína y fortalecer alianzas con grupos armados ilegales, en particular con las Farc, entonces consideradas una organización terrorista.
El Departamento de Justicia precisó que Carvajal operó como líder del Cartel de Los Soles desde al menos 1999, aprovechando sus cargos públicos para coordinar el envío de grandes cargamentos de cocaína desde Venezuela hacia Norteamérica. Entre 2004 y 2011, y nuevamente en 2013, “El Pollo” Carvajal dirigió la DIM, periodo durante el cual la red criminal consolidó su estructura y extendió su influencia en el tráfico internacional de drogas. El objetivo declarado de la organización era “inundar EE.UU. con cocaína” y causar un daño masivo a través de los efectos adictivos de la droga.
Uno de los episodios más notorios de esta conspiración ocurrió en 2006, cuando Carvajal coordinó el envío de 5,6 toneladas de cocaína a bordo de un avión DC-9 con matrícula estadounidense. La aeronave despegó desde Venezuela y fue interceptada en México, donde las autoridades incautaron el cargamento.
El exgeneral no solo facilitó el tráfico de drogas, también proveyó armas automáticas y explosivos a las Farc, además de ofrecer protección armada para garantizar el paso seguro de los cargamentos a través del territorio venezolano. El Departamento de Justicia señaló que Carvajal y otros miembros del Cartel de Los Soles “abusaron del pueblo venezolano y corrompieron las instituciones legítimas de Venezuela, incluidas partes del ejército, los servicios de inteligencia, el poder legislativo y el poder judicial, con el fin de facilitar la importación de toneladas de cocaína a Estados Unidos”.
La acusación también detalla que Carvajal recibió millones de dólares de los narcotraficantes que operaban bajo su protección y participó en actos violentos, incluidos secuestros y asesinatos para garantizar el funcionamiento de las rutas de tráfico y la seguridad de sus aliados. El Departamento subrayó que la red criminal buscaba el lucro personal y el fortalecimiento del poder político y militar, al tiempo que pretendía infligir los efectos nocivos y adictivos de la droga a los consumidores estadounidenses.
Robert Murphy, administrador interino de la DEA, declaró: “Hugo Armando Carvajal Barrios explotó su cargo como director de inteligencia militar de Venezuela y olvidó su responsabilidad con el pueblo venezolano para perjudicar intencionalmente a Estados Unidos”. Murphy añadió que, tras años de intentar evadir la ley, Carvajal probablemente pasará el resto de su vida en una prisión federal.
La trayectoria de Carvajal estuvo marcada por episodios de detención y fuga. En 2014, fue arrestado en Aruba a petición de EE. UU., pero fue liberado por razones diplomáticas, ya que entonces ostentaba un cargo consular. En 2019, fue detenido nuevamente en España, aunque logró escapar antes de ser extraditado. Finalmente, en septiembre de 2021, fue recapturado y extraditado a Estados Unidos en julio de 2023, tras un prolongado proceso judicial.
La figura de Carvajal ha sido objeto de atención internacional desde hace años. En 2008, fue incluido en la Lista Clinton, que identifica a personas y entidades sospechosas de colaborar activamente con el narcotráfico y sus aliados, en este caso las Farc. En 2017, Carvajal rompió relaciones con Nicolás Maduro, al que acusó de asesinar a cientos de jóvenes y de ser responsable de la escasez de alimentos y medicinas en Venezuela.
La sentencia definitiva de Carvajal se conocerá el 29 de octubre. Se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua por los delitos de conspiración para importar cocaína, conspiración para el narcoterrorismo y posesión de armas. El Departamento de Justicia concluyó que la actuación de Carvajal y sus cómplices “causó estragos en comunidades de todo Estados Unidos y otros lugares”, al asociarse con grupos terroristas y utilizar la violencia, las drogas y la intimidación para comprometer la seguridad del país.