En Colombia, la reciente presencia de miembros del nuevo Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las FARC en Tacueyó-Toribio ha desatado una serie de reacciones tanto a nivel local como nacional. En estos caseríos, los residentes han mostrado una mezcla de preocupación y resistencia. La llegada de estos grupos armados a sus comunidades ha generado un ambiente de inseguridad, especialmente entre los jóvenes y las familias, quienes se sienten amenazados por la presencia de hombres armados que patrullan las calles y frecuentan establecimientos comerciales como discotecas. A nivel regional, las autoridades locales han expresado su alarma por la situación. La presencia de las disidencias en áreas tan específicas y en actividades de la vida cotidiana, como entrar a discotecas, ha sido vista como un desafío directo a la autoridad del Estado. Los líderes comunitarios y las organizaciones civiles han pedido una respuesta más contundente por parte del gobierno para proteger a los habitantes y restaurar el orden. La preocupación se centra en cómo estos grupos podrían estar intentando recuperar terreno y ganar apoyo popular en zonas donde el control del Estado es más débil. A nivel nacional, las reacciones han sido igualmente intensas. Las autoridades gubernamentales han sido criticadas por la percepción de que han dejado espacios abiertos para que estos grupos operen con relativa libertad. El Ministro de Defensa y otros funcionarios han prometido intensificar las operaciones militares y de inteligencia en la región, con el fin de neutralizar las amenazas y asegurar que estos grupos no consoliden su presencia. Sin embargo, algunos analistas y opositores han cuestionado la eficacia de las medidas propuestas y han llamado a una estrategia más integral que incluya componentes sociales y políticos. Además, la situación ha intensificado el debate sobre la implementación del acuerdo de paz con las FARC y la forma en que se han manejado las disidencias. Finalmente, se indica que algunos sectores sostienen que la falta de una transición efectiva y el escaso seguimiento a las condiciones pactadas han permitido que estas disidencias crezcan y se fortalezcan. La sociedad civil, a través de diversos foros y medios, está demandando soluciones duraderas que no solo impliquen una mayor presencia militar, sino también un enfoque en el desarrollo social y económico para prevenir que estos grupos encuentren terreno fértil para su expansión.
Hay desafío de las disidencias de las FARC a la Fuerza Pública luego de su aparición en una discoteca.
- Por: Ovidio Hoyos