El departamento del Cauca vive una semana marcada por un alarmante deterioro del orden público. A la ya grave situación de violencia que enfrenta la región, se sumaron dos hechos que han encendido las alarmas entre la ciudadanía. Por un lado, se presentó un intento de hurto a la camioneta blindada en la que se movilizaba el representante a la Cámara por el Partido Liberal, César Cristian Gómez Castro. Aunque el parlamentario resultó ileso, el hecho representa una grave amenaza a la seguridad de los dirigentes políticos en la región.
Horas después, se conoció un nuevo hecho de gran preocupación: el secuestro de ocho personas, incluidos varios profesionales vinculados a una empresa encargada de la construcción del acueducto del río Bermejo, proyecto fundamental para comunidades del sur del Cauca. Los trabajadores se desplazaban por la vía Panamericana, en un tramo entre los municipios de Mercaderes y El Patìa, cuando fueron interceptados por hombres armados que además hurtaron los tres vehículos en los que se transportaban. Al parecer todas esas acciones de la presente semana en el Cauca han sido atribuidas a las disidencias de las Farc de alias «Ivàn Mordisco».
Ambos hechos ocurrieron en puntos estratégicos de la vía Panamericana, tanto en el norte como en el sur del departamento, sin que hasta el momento se haya emitido pronunciamiento oficial por parte de las autoridades civiles ni militares del Cauca. El silencio institucional frente a estos acontecimientos ha generado profunda preocupación entre los familiares de los secuestrados y una creciente sensación de abandono entre la población caucana que, una vez más, se enfrenta a la violencia sin respuestas claras del Estado.