Mi mamá dice que fue otitis, pero no sé más; y sí, ha sido difícil ser una persona sorda en un mundo donde la mayoría son oyentes”, exclama Geraldine Gómez, una joven de 24 años de edad, quien a los ocho años perdió su capacidad de escuchar
Esta joven manizaleña, a pesar de las adversidades, ingresó al colegio y culminó su primer objetivo: dominar la lengua de señas. “Por mucho tiempo no supe señas, y encontraba muchas barreras y me era muy difícil acceder a cualquier lugar y, bueno, el tema de la comunicación es la barrera que generalmente encontramos’, añade Gómez.
En su dedicación por salir adelante y continuar cumpliendo sus sueños, Geraldine construye hoy su proyecto de vida formándose en el Centro de Procesos Industriales y Construcción del SENA Caldas, como técnico en confección.
“En el SENA encuentro todo el apoyo; desde el día de la inducción, los instructores han demostrado mucho interés; cuando en oportunidades se me dificulta entender, ellos me ayudan buscando alternativas. Posteriormente llegaron los intérpretes de la entidad y ha sido un gran apoyo’, indicó.
A lo largo de su vida, siempre ha contado con el apoyo de su familia. Su padre, Ricardo Gómez, manifestó que tener intérpretes de lengua de señas en los ambientes de formación le permite a Geraldine tener una mejor comunicación y, por ende, un mejor desempeño.
“Es un sistema de aprendizaje muy completo, y, por eso mismo, estoy muy agradecido, porque mi hija ha estado muy atenta y eso le ha permitido cogerle más amor a la formación”, señala el padre de familia.
Es así que Geraldine se convierte en un ejemplo de la implementación de la Política Institucional de Atención con Enfoque Pluralista y Diferencial, la cual promueve de manera progresiva y sostenible el acceso y uso, en igualdad de oportunidades, a los servicios de la entidad, permitiendo la inclusión de toda la población desde sus diferencias e igualdades.
Ella sueña con crear sus propias prendas de vestir e iniciar un emprendimiento que le permita comercializar sus creaciones.