Nueva Delhi (EFE).- «Estados Unidos conocía la inminente toma del poder por los talibanes desde 2013, pero priorizó su retirada sobre la estabilidad de Afganistán», asegura mulá Malang, consejero del líder supremo talibán, en una entrevista a EFE, en la que responsabiliza a Washington de la situación actual del país.
Pese a los desafíos actuales, entre ellos la falta de reconocimiento internacional y las dificultades económicas, mulá Malang, consejero del líder supremo Hibatullah Akhundzada, sostiene que el Acuerdo de Doha, firmado el 29 de febrero de 2020 entre Estados Unidos y los talibanes afganos, ha sido beneficioso para Afganistán.
El acuerdo «marcó el inicio del declive de Estados Unidos», mientras que para Afganistán «ha demostrado ser beneficioso y seguirá siéndolo», afirma en la entrevista, hecha mediante un cuestionario escrito.
«Éxitos significativos» tras el acuerdo de Doha
En su opinión, el cese de la guerra ha sido el «mayor logro» del escenario abierto tras el Acuerdo de Doha, al tiempo que destaca como «éxitos significativos» el tratamiento de la adicción a las drogas, el desarrollo de infraestructura y la salvaguarda de los intereses nacionales.
«En nuestra opinión, no hay fracasos significativos que mencionar», asegura.
El Acuerdo de Doha, que marcó un hito en el prolongado conflicto afgano, se marcaba como objetivo sentar las bases para la retirada de las fuerzas estadounidenses y la apertura de un proceso de paz entre el Gobierno afgano y el movimiento talibán.
Este acuerdo, negociado en la capital catarí, buscaba poner fin a casi dos décadas de guerra tras la invasión estadounidense de 2001.
Sin embargo, su implementación y las consecuencias resultantes, incluyendo la rápida toma del poder por parte de los talibanes en agosto de 2021, siguen siendo objeto de intenso debate.
«La retirada tuvo prioridad»
«La retirada tuvo prioridad», recalca mulá Malang en la entrevista, en la que asegura que EEUU sabía que los talibanes acabarían tomando el control de Afganistán mucho antes de las negociaciones del acuerdo.
«En esencia, Estados Unidos prioriza sus propios intereses. En 2013, Estados Unidos se dio cuenta de que los talibanes tomarían Afganistán, e incluso el Congreso mantuvo conversaciones al respecto. Sin embargo, en ese momento (el entonces presidente estadounidenses, Barack) Obama actuó de manera muy imprudente y envió 30.000 soldados más a Afganistán», indica.
Sin llegar a detallar el contenido de las mismas, el mulá recuerda que las negociaciones de Doha duraron 18 meses, proceso durante el que «hubo reuniones e informes que indicaban que el Emirato Islámico (denominación adoptada por el régimen talibán) llegaría rápidamente al poder».
«Estados Unidos tenía preocupaciones al respecto, pero no era un problema importante para ellos porque Afganistán no representa una amenaza directa para Estados Unidos, dada su distancia geográfica», considera.
EE.UU., responsable de la situación actual de Afganistán
El consejero talibán también responsabiliza totalmente a EE.UU. por la situación actual de Afganistán. «Esta responsabilidad ha existido desde 2001 y continúa hasta el día de hoy», afirma, en referencia a la invasión estadounidense tras los atentados del 11 de septiembre y sus consecuencias.
Asimismo, es crítico con la posición de la comunidad internacional tras la retirada estadounidense. «Sus acciones son claras: juicios unilaterales, falta de comprensión de la geografía y las tradiciones de Afganistán, y decisiones tomadas sin la debida consideración», argumenta.
«También están fuertemente influenciados por Estados Unidos», añade mulá Malang, que rechaza como «sin sentido» las conversaciones entre los afganos, destinadas a crear un gobierno inclusivo y que eran el primer objetivo del acuerdo promovido por el presidente estadounidense Donald Trump en su primera Administración.
A su juicio, el Gobierno en Afganistán tendrá que estar formado por «individuos neutrales que hayan soportado dificultades por Afganistán» para representar al pueblo afgano, sin especificar cómo o si se llevaría a cabo este proceso.