La comunidad del corregimiento El Plateado, en el municipio de Argelia, cumple ya dos semanas bajo un estricto confinamiento impuesto por las disidencias de las FARC. Según denuncias de líderes comunitarios, los habitantes viven con temor constante, sin poder salir libremente de sus casas y con restricciones incluso para comunicarse por medios digitales como WhatsApp, ante el miedo de represalias por parte del grupo armado que controla la zona.
Esta situación ha generado una crisis humanitaria silenciosa. Los pobladores reportan dificultades para acceder a alimentos, medicamentos y servicios básicos, mientras las autoridades han tenido una presencia limitada y sin capacidad real de garantizar la seguridad. Las escuelas están cerradas y muchas familias han optado por el aislamiento absoluto como medida de autoprotección, profundizando la angustia colectiva.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y voceros sociales han exigido al gobierno nacional una intervención inmediata y coordinada que priorice la vida y el bienestar de los civiles. También han solicitado la presencia de organismos humanitarios que verifiquen las condiciones del confinamiento. El caso de El Plateado es una muestra más de la grave crisis de seguridad que persiste en el Cauca, donde comunidades enteras siguen atrapadas entre el abandono estatal y el control armado ilegal.