Por: Diego Jaramillo Salgado
Alvaro Pío Valencia fue un referente constante durante gran parte del siglo xx. Parte de ello se produjo por su origen paterno que le dio una acreditación muy especial a su familia y a su descendencia. Sin embargo, el aspecto central se produjo cuando él decidió romper con las ideas conservadoras defendidas por el poeta Guillermo Valencia y transitar hacia las ideas liberales, primero, y a las comunistas, después.
Es esto lo que le da un cariz muy particular. Quizás, no tanto por su militancia en el Partido Liberal por un corto período, sino más bien por aquella que lo ubicó en el Partido Comunista Colombiano; denominado Partido Socialista Democrático en el momento de su adscripción a esta organización. Si bien esta corriente política no tenía mayor respaldo de la ciudadanía ni en la ciudad ni en el país, si era de todas maneras un espacio político crítico de las políticas de los dos partidos dominantes en la historia republicana: el Liberal y el Conservador.
El historiador Gerardo Molina, al hacer un estudio de historia de las ideas políticas, afirmó la existencia de una singularidad en este campo en Colombia, pues se había producido primero el anticomunismo y el antisocialismo, antes de que aparecieran organizaciones y discursos en esa dirección. De hecho, la Iglesia Católica y el Partido Conservador así lo estructuraron en sus ejes políticos. Eso implicó acciones ideológicas permanentes con las cuales buscaban prevenir a la población de cualquier acercamiento a ellas o reprimir si las levaban a la práctica. Para ello aprobaron e implementaron acciones conducentes a la excomunión y la estigmatización de quien las adoptara.
En esa forma, alguien procedente de una estirpe familiar como la de él no podría excluirse de la descalificación religiosa, eclesial y política. No obstante, ser parte de ella le permitía ciertas licencias que ningún otro dirigente de izquierda podría tener. Incluso su relación con líderes de ambos partidos y con jerarcas de la Iglesia Católica era aceptada su participación en diferentes espacios. Aunque ello no lo exoneraba de la confrontación de que era objeto cualquiera que se colocara por fuera de la hegemonía que imperaba en el país.
Su misma procedencia familiar pudo ser factor favorable para que fuera respaldado electoralmente al consejo municipal de Popayán en dos períodos, entre 1946 y 1950. Treinta y seis años después volvería a repetirlo, también en sendos períodos con el respaldo de la Unión Patriótica, a la cual se había adherido. En su
ejercicio fue inevitable que los medios locales y regionales tuvieran en cuenta su participación en esa corporación. En tanto se ocupaba de problemas neurales de
la ciudad puesto que su preocupación no solo se reducía a respaldar las iniciativas obreras y populares, también lo hacía en función de las políticas a favor de un mayor avance urbanístico y moderno de la capital del departamento.
Su figuración en las direcciones local, regional o nacional lo expusieron ante la opinión pública; más no lo sacaron del espacio tradicional, más familiar, en el cual permaneció gran parte de su vida: Popayán. Tampoco fue conocido por sus escritos. No fue amigo de la escritura porque consideraba ya cubiertos los espacios por grandes pensadores. Era mucho lo escrito por la humanidad y poco lo que él podía aportar nuevo a ese acervo.
Por eso solo se le conoce algunos artículos en El periódico El Espectador, y en periódicos y revistas locales. Lo demás, está plasmado en entrevistas en diferentes
periódicos, revistas y libros. Recogido, muchos de ellos, en el libro que ahora se ofrece al público.
Muerto en 1998, su nombre, su imagen y sus ideas tienden a quedar en el olvido.
Por eso le propuse a la Universidad del Cauca incluirlo en la colección Posteris Lumen que honrará el aniversario de sus 200 años de fundada. No consciente de lo
que este objetivo implicaba me puse a la tarea de realizarlo. Con muchas dificultades. Buscando en diferentes medios escritos tanto locales como nacionales. Encontrándome con la sorpresa de que en los museos de su padre y de su hermano no pude hallar documentos que pudieran ser incluidos en el texto. Sin embargo, encontré una cantidad suficiente para presentar, después de dos años de búsqueda, el texto “Encendiendo una nueva luz”. Título muy acertadamente sugerido por el
director de la colección Juan Carlos Pino.
Seleccionado de uno de sus escritos en el que enfatiza el carácter pedagógico de quien se propone participar en procesos de transformación social. Su lanzamiento
será el próximo 16 de octubre a las 10:30 de la mañana en el Centro de Convenciones Casa de la Moneda, espacio donde se realiza Popayán ciudad Libro 2024.