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El Cauca vivió un puente festivo marcado por la violencia, el miedo y la incertidumbre

El departamento del Cauca atravesó un nuevo puente festivo con una preocupante escalada de violencia y hechos que alteraron el orden público en distintas zonas del territorio. En el municipio de Caloto, las disidencias de las FARC hostigaron el cuartel de la Policía y un artefacto explosivo tipo tatuco impactó en el hospital Niña María, atentado que fue rechazado por autoridades y comunidad, al tiempo que se reiteró el clamor por recursos para construir un nuevo centro asistencial que garantice atención segura para los habitantes del norte del Cauca. El fin de semana también estuvo marcado por la conmemoración del primer año de la Operación Perseo, lanzada por el Gobierno Nacional con el despliegue de 1.400 militares en El Plateado, Argelia y el Cañón del Micay, para combatir los grupos armados al margen de la ley. Sin embargo, pese a los resultados operativos, persiste el reclamo ciudadano por la ausencia de inversión social y la falta de condiciones reales de seguridad y convivencia en los territorios. A los ataques armados se sumaron hechos de extrema violencia, como el hallazgo de los cuerpos desmembrados de dos personas abandonados en bolsas negras en la vía que conduce a Padilla, y el asesinato de tres personas más en hechos aislados. En el municipio de Rosas, campesinos iniciaron una movilización social para exigir soluciones del Gobierno Nacional, mientras que las autoridades reportaron tres fallecidos en accidentes de tránsito durante el fin de semana, completando un panorama de dolor, tensión y zozobra en el departamento.

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