En la tarde del lunes 8 de septiembre de 2025, el Ejército Nacional de Colombia confirmó que fueron dejados en libertad un grupo de 45 soldados que permanecía secuestrado en el municipio de El Tambo, departamento del Cauca.
Según información preliminar, los militares adscritos a la Fuerza de Despliegue Rápido N.° 4, fueron evacuados por vía aérea hasta Popayán, donde se efectuarán los primeros chequeos médicos a la tropa militar.
“Los 45 soldados que permanecían secuestrados en zona rural del municipio de El Tambo, #Cauca, fueron liberados y se encuentran en el Cantón Militar de la ciudad de Popayán. Nuestros soldados recibirán la atención médica necesaria para evaluar su estado de salud y posteriormente rencontrarse con sus familias”, informó la institución castrense.
“Dada la táctica mafiosa de oponer personal civil al ejército, la corte constitucional debe reconsiderar su sentencia. Allí donde la ciudadanía ataque al ejército habrá fumigación aérea”, escribió el mandatario en sus redes sociales.
Según el primer reporte oficial, 72 militares, entre ellos tres oficiales, cuatro suboficiales y 65 soldados profesionales, habían sido retenidos por cerca de 600 personas residentes de la vereda el Tigre, corregimiento de Honduras, zona rural del municipio caucano, bajo la influencia e instrumentalización de la estructura Carlos Patiño de las disidencias de las Farc, organización al mando de Néstor Gregorio Vera Fernández, alias Iván Mordisco.
Cerca de las 10:00 p.m. del domingo 7 de septiembre, el Ejército informó la extracción de 27 uniformados, víctimas de una asonada que, según la institución militar, buscaba impedir las operaciones militares en rutas clave para el narcotráfico y la minería ilegal.
Así fue el cautiverio de los militares
En diálogo con Noticias Caracol, uno de los soldados que había sido retenido por la comunidad de El Tigre (El Tambo, Cauca), relató que, antes de que fueran secuestrados por la población, habían recibido la solicitud de abandonar la zona días antes, pero las condiciones climáticas impidieron una evacuación oportuna.
“Nosotros sabíamos que debíamos salir de la zona porque la comunidad lo pidió días atrás. Teníamos unas piezas allí que logramos sacar unos días antes, pero lamentablemente las condiciones del clima acá son muy complejas”, indicó el uniformado al noticiero nacional, cuya identidad no fue revelada por seguridad.
El militar explicó que lograron retirar las piezas de artillería previamente, pero cuando los campesinos regresaron, el grupo de setenta y cinco soldados quedaron rodeados. Un grupo logró salir del cerco y fue evacuado en helicóptero, lo que evitó que todos fueran secuestrados.
“Si no, seríamos setenta y cinco los secuestrados y no cuarenta y cinco. Aun así, es impotente ver a tantos uniformados secuestrados en una caseta sin poder hacer nada”, afirmó el uniformado.
Desmotivación de las Fuerzas Militares
A su vez, el soldado, quien ya ha enfrentado dos secuestros en la región del Cañón del Micay, describió el impacto emocional y profesional que generan estas asonadas por parte de la población civil, instrumentalizados por las disidencias de las Farc.
“Nos sentimos humillados, maniatados. Nos sentimos débiles ante una justicia que, desafortunadamente contra nosotros, los militares, es demasiado fuerte, pero contra los bandidos es muy lapsa y permisiva (…) Nos da tristeza porque somos nosotros los que estamos acá en la intemperie todo el tiempo, mojados, con sudor, con sangre y como soldados nos baja la moral porque hemos entregado compañeros, lanzas míos que han caído mutilados, han caído muertos (…) así sean 30 campesinos, nos frenan a nosotros”, cuestionó.
Además, el militar aseveró que, pese a las dificultades, se mantiene su firme defensa por la seguridad de los colombianos, aunque pidió al Gobierno colombiano que se presente una ley que brinde garantías a los militares en el país.
Además, el uniformado advirtió sobre las consecuencias que podrían derivarse si continúan los episodios de asonadas y secuestros de militares.
“El trabajo psicológico y de autocontrol que hacemos las tropas en un momento así es extremo. ¿Será que están esperando a que un soldado presionado por la situación dispare y termine asesinando campesinos? ¿Será que el Gobierno nacional, los Derechos Humanos, nos van a respaldar en el momento en el que una cosa así suceda?”, se interrogó.