La sesión ordinaria del Concejo Municipal dejó en evidencia algo más profundo que un bajo
porcentaje de ejecución presupuestal: un agotamiento institucional que se refleja cada día en las
calles de Popayán. El Concejo, en pleno uso de su facultad constitucional de vigilancia, levantó una voz clara, firme y colectiva: la ciudad no puede seguir sometida al desgobierno vial ni al
estancamiento administrativo.
Con un presupuesto superior a los $16.900 millones para la vigencia 2025, y apenas un 34% de
ejecución a la fecha, los concejales expresaron —con datos y argumentos— que la situación no
puede seguir escudándose en trámites o cuellos de botella. Lo que falta es voluntad institucional,
planificación seria y ejecución efectiva.
En ese contexto, el presidente del Concejo Municipal, Alex Trujillo, fue enfático: “Somos el órgano de control político de esta ciudad”. Y agregó: “Si la administración no toma decisiones de fondo, será este Concejo el que acuda a la Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía. Nuestra responsabilidad no es con el gobierno de turno, sino con la ciudad”.
El concejal John Ortiz, por su parte, trajo al recinto la voz de los barrios, la desesperanza de la
ciudadanía y el reclamo legítimo de quienes conviven a diario con una movilidad colapsada. “Esto
no es nuevo. Es un déjá vu. Cinco veces he denunciado los piques ilegales en la calle 53 norte y no
pasa nada”, dijo. Y con tono severo, pero propositivo, afirmó: “Si a usted no la dejan trabajar,
secretaria, dé un paso al costado. Pero Popayán no puede seguir pagando sueldos sin resultados. Lo público no puede seguir siendo sinónimo de impunidad”. Su intervención, más allá de lo enunciativo, exigió un plan de choque serio, verificable y urgente.
La concejala Paola Mondragón, una de las primeras en pedir control político a esta Secretaría desde el año anterior, recordó con vehemencia que la situación no ha cambiado en lo más mínimo. “La comunidad sigue gritando por soluciones y aquí nos seguimos desgastando escuchando excusas”, expresó. Pero su intervención no fue solo una denuncia: fue una exigencia ciudadana. “Yo quiero escuchar hoy cuál es la solución concreta. No más diagnósticos. ¿Qué va a hacer usted, secretaria, para que Popayán vuelva a tener autoridad en la calle y planificación en el escritorio?”.
El Concejo fue claro. No está en juego un porcentaje de ejecución. Está en juego la gobernabilidad
urbana, la confianza ciudadana y la dignidad institucional. Los retrasos en procesos como la
señalización vial, el fortalecimiento operativo y las campañas de cultura ciudadana no son
tecnicismos. Son omisiones que se traducen en accidentes, desorden, piques ilegales, transporte
informal desbordado y frustración colectiva.
La Corporación insistió en que las denuncias sobre presuntas condonaciones de multas a figuras
políticas no pueden quedar en el rumor. Se deben esclarecer con rigor. En ese sentido, se
respaldarán todas las investigaciones por parte de los entes de control y se exigirá el
pronunciamiento institucional oportuno.
El Concejo de Popayán está para defender a una ciudad que clama por orden, seguridad vial y una
administración que cumpla. No más excusas. Popayán exige gestión, y este Concejo está listo para
hacerla cumplir.