Versiòn diario El Tiempo.
EL TIEMPO llegó hasta el cañón de Micay, donde recientemente una tanqueta fue incinerada y 29 uniformados -28 policías y un mayor del Ejército- habían sido secuestrados.
El reportero gráfico de esta casa editorial, Juan Pablo Rueda, recorrió una de las principales zonas de producción de coca del país.
Los ‘raspachines’
Campesinos de la zona le contaron que una mata de coca da cosecha cada tres meses, aproximadamente. En el video mostró cómo hay extensas áreas raspadas, mientras otras están con otra tonalidades de verde, según la madurez de la hoja.
Es por ello que quienes se dedican a limpiar las matas de coca se les conoce como raspachines. Son los recolectores que la deshojan a mano para luego ser procesada y así obtener la pasta base de cocaína.
El comprador es quien luego se encarga de transformar la pasta en clorhidrato de cocaína.
“Allí vemos a los raspachines, acabando con eso. En cuanto a diferentes tonalidades, eso depende del tiempo que lleven, por ejemplo, este que está más oscuro, le falta más o menos unos 15 o 20 días para que pueda ser raspado”, se relata en el video.
Sobre cuánto gana un raspachín o una persona que está en un laboratorio, el monto mensual es de $ 4 y hasta $ 5 millones.
“Las personas que trabajan en el laboratorio convirtiendo la hoja de coca a pasta de coca se pueden ganar mensualmente, aproximadamente, 4 millones de pesos”, señaló Rueda en el video, mostrando cada paso.
Grupos armados ilegales, entre los que se encuentra, el Eln y disidencias de las Farc, acechan por el control de estas plantaciones y su transformación en pasta base para la cocaína.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los narcocultivos se quintuplicaron en Cauca en los últimos diez años, con 31.844 hectáreas en 2023.
Lo que ha venido ocurriendo en esa zona
Desde octubre del año pasado, militares y policías, a través de la operación ‘Perseo’ han intentado retomar el control de esta región, reconocida por ser una con más narcocultivos del país.
Sin embargo, este operativo sufrió un duro golpe el pasado jueves 6 de marzo, cuando 29 uniformados fueron retenidos por pobladores de El Plateado en Argelia, municipios del sur del Cauca, hasta el sábado, tras intensos choques que dejaron tanquetas incendiadas y casas baleadas.
En un comunicado, la población explicó que estas acciones fueron una respuesta al aumento de la militarización en la región y a un supuesto anuncio de erradicación forzada de cultivos de uso ilícito.
“Nos encontramos en alerta ante la manifestación del director de la Policía Nacional, general Carlos Fernando Triana, quien anunció el reinicio de la erradicación forzada de treinta mil hectáreas, comenzando en los departamentos de Putumayo, Cauca y Nariño”, afirmaron.
Tres días después, en Balboa, cinco soldados murieron por un ataque guerrillero con explosivos. Este atentado ocurrió cuando un convoy de 17 vehículos del Ejército se desplazaba por una carretera rural transportando un puente destinado a mejorar la conectividad en esa región.
Las tropas de la Tercera División del Ejército Nacional transportaban materiales para la instalación del puente militar destruido el pasado 3 de marzo por los grupos armados en la región, al mando de alias Mordisco.
Los uniformados que perdieron la vida fueron identificados, como el sargento viceprimero Harold Alberto Paredes Mena, natural de Barranquilla; el sargento segundo Yeison Antonio Angulo Mora, de Ibagué, y los soldados profesionales Miguel Ángel Lamprea Herrera, oriundo de Pitalito, Huila; Raúl García López, de Socorro, Santander, y Wílder Saraza Álvarez, natural de Vista Hermosa, en el Meta.
MICHEL ROMOLEROUX
Especial para EL TIEMPO